martes, 18 de diciembre de 2012

EL SITIO DE BALER...Post Jo


El sitio de Baler (30 de junio de 1898 — 2 de junio de 1899) fue un asedio al que fue sometido un destacamento español por parte de los insurrectos filipinosen la iglesia del pueblo de Baler, en la isla filipina de Luzón, durante 337 días. Desde diciembre de 1898, con la firma del Tratado de París entre España y Estados Unidos, se ponía fin formalmente a la guerra entre ambos países (que habían firmado un alto el fuego en agosto) y España cedía la soberanía sobreFilipinas a Estados Unidos. Debido a esto, los sitiados en Baler son conocidos como «los últimos de Filipinas».





File:The church of Baler from "Under the red and gold".jpg
Iglesia de San Luis de Tolosa de Baler, donde las tropas españolas permanecieron atrincheradas durante once meses



En 1896 la sociedad secreta filipina Katipunan inició una insurrección contra el gobierno colonial español, pero a finales de 1897, con el Pacto de Biak-na-Bató, se llegó a la aparente resolución del conflicto. Como parte del pacto,Emilio Aguinaldo y otros líderes de la revolución se exiliaron en Hong Kong. En ese clima de aparente paz, el gobierno español redujo el número de efectivos destinados en algunas de sus guarniciones. A principios de 1898, los 400 hombres del destacamento de Baler fueron relevados por otro de 50 soldados. El 15 de febrero, en Cuba, el hundimiento del Maine sirvió de casus belli para el inicio de la Guerra Hispano-Estadounidense. Tras la derrota de la flota española por la estadounidense en Cavite el 1 de mayo, Aguinaldo y los suyos, financiados y armados por Estados Unidos, volvieron a Filipinas y reanudaron la revolución. Al mes siguiente el destacamento de Baler, desconocedor del inicio de la guerra con Estados Unidos y de la recién proclamada independencia de Filipinas, fue atacado por los revolucionarios filipinos y se refugió en la iglesia iniciándose así el sitio.
Archivo:SituacionBALER.jpg
Desde el principio del asedio, las fuerzas sitiadoras intentaron en vano la rendición de las tropas españolas mediante el envío de noticias, que les informaban del desarrollo del conflicto entre españoles con los insurrectos filipinos y los invasores estadounidenses. Tras la caída de Manila en manos americanas, en agosto, las autoridades españolas mandaron repetidamente misivas y enviados para conseguir su rendición, igualmente sin conseguirlo. Los sitiadores también enviaron en agosto a dos franciscanos españoles que tenían prisioneros para que convencieran a los sitiados, también sin éxito. Estos, sin embargo, se quedaron con el destacamento español durante el resto del asedio.
El Tratado de París, que dio por finalizada la guerra entre España y Estados Unidos, se firmó en diciembre de 1898, entrando en vigor en abril del año siguiente. En el mismo y como parte de las condiciones impuestas, España cedía la soberanía sobre Filipinas a Estados Unidos. En febrero de 1899 los filipinos, engañados y atacados por los estadounidenses a los que creían aliados, decidieron resistir por las armas comenzando una nueva fase del conflicto: la Guerra Filipino-Estadounidense, de la que los españoles eran ya solo espectadores, mientras las últimas tropas eran repatriadas a España. Nuevos emisarios españoles fracasaron en el intento de convencer a los sitiados de que depusieran las armas y volvieran a Manila. En abril, a petición española, las autoridades militares estadounidenses enviaron una cañonera para conseguir la liberación del destacamento de Baler, pero las tropas desembarcadas cayeron en manos de los filipinos, sin conseguir su propósito.

Archivo:Insurgent soldiers in the Philippines 1899.jpg
A finales de mayo un nuevo enviado español, el teniente coronel Aguilar, llegó a Baler por orden del gobernador general español, con órdenes de que los sitiados depusieran su resistencia y le acompañaran a Manila, pero estos volvieron a desconfiar y tuvo que marcharse sin conseguir su objetivo. Sin embargo, al ojear los sitiados unos periódicos dejados en la iglesia por Aguilar, descubrieron una noticia que no podía haber sido inventada por los filipinos, convenciéndose finalmente de que España ya no ostentaba la soberanía de Filipinas y de que no tenía sentido seguir resistiendo en la iglesia. El 2 de junio de 1899 el destacamento español de Baler se rindió dando fin a 337 días de sitio.
A la izquierda, el médico Rogelio Vigil de Quiñones. En el centro, de pie, el caboJesús García Quijano. A la derecha, el segundo teniente Saturnino Martín Cerezo. Fotografía tomada el 2 de febrero de 1899 en Barcelona, tras el regreso del destacamento a España, y aparecida en el artículo "Los héroes de Baler", publicado en el número 19 de Iris. Revista Semanal Ilustrada. El pie de foto dice: El médico D. Rogelio Vigil de Quiñones. El segundo teniente D. Saturnino Martín Cerezo. El asistente del teniente.

Las autoridades filipinas aceptaron condiciones honrosas de capitulación y permitieron su paso, sin considerarles prisioneros, hasta Manila, con el presidente filipino Aguinaldo emitiendo un decreto en el que exaltaba su valor. Tras un recibimiento apoteósico en la capital filipina, los supervivientes fueron repatriados a España.

Personajes


El capitán de Infantería Enrique de las Morenas y Fossi era el comandante político-militar del distrito de El Príncipe. Había nacido en Chiclana de la Frontera en 1855. Ingresó con 19 años en el Colegio de Infantería, del que salió como alférez en 1875. Participó en la Tercera Guerra Carlista en Cataluña y en Navarra (siendo ascendido a teniente) y, tras pasar la mayor parte de los años posteriores destinado en Andalucía, fue ascendido a capitán de la Escala de Reserva en 1896. En 1897 fue destinado a Filipinas, a donde llegó, como parte del Batallón Expedicionario de Cazadores n.º 9, en enero de 1898. Poco después, a petición suya fue nombrado comandante de El Príncipe. Cuando llegó a Baler se encontraba ya enfermo. Dirigió la resistencia del destacamento de Baler hasta su muerte por enfermedad casi cinco meses después de iniciado el sitio.



En la iglesia de Baler quedaron sitiados un contingente español de cincuenta soldados y clase de tropa, al mando de dos oficiales, junto con la dotación de una enfermería: tres sanitarios (dos de ellos filipinos, «indígenas» en la terminología de la época) y un oficial médico. También el comandante político-militar del distrito, así como el párroco de Baler. A ellos se unieron posteriormente otros dos religiosos franciscanos del vecino pueblo deCasigurán. En total, 57 militares y tres religiosos. De ellos, desertaron seis (entre ellos los dos sanitarios filipinos) y fallecieron otros 16, entre ellos el párroco de Baler. En total, sobrevivieron al asedio 38 personas. En el lado filipino se desconoce el número de tropas sitiadoras, que no formaban parte todavía de un ejército regular, pasando el mando del asedio por manos de varios oficiales. Sufrieron 700 bajas entre muertos y heridos.


Flechero perteneciente a las fuerzas sitiadoras de la iglesia de Baler. Fotografía tomada el 29 de mayo de 1899 y aparecida en el artículo «El destacamento de Baler», publicado en La Ilustración Artística el 11 de septiembre del mismo año. El pie de foto dice: «Guerra de Filipinas. Flechero filipino de Baler (de fotografía, propiedad de M. Arias y Rodríguez, de Manila)».



El segundo teniente Juan Alonso Zayas estaba al mando del destacamento del Batallón Expedicionario de Cazadores n.º 2 destinado en Baler. Había nacido en Puerto Rico en 1868, donde su padre, también militar, se encontraba destinado. Vivía con su familia enBarcelona y era fotógrafo cuando se alistó como soldado voluntario en el ejército en 1888. Sirvió en Cuba entre 1889 y 1895 ascendiendo a sargento. En 1897 fue destinado a Filipinas, ya ascendido a segundo teniente de la Escala de Reserva. En 1898 fue destinado a Baler al mando de un destacamento de 50 soldados. Allí pereció de beriberi tras casi cuatro meses asediado con sus hombres.
El segundo teniente Saturnino Martín Cerezo era el segundo al mando del destacamento de Cazadores estacionado en Baler. Provenía de una familia campesina y había nacido en Miajadas (Cáceres) en 1866.

Guardias cebuanos de principios del siglo XX portando diversos tipos de bolos.


2 comentarios:

  1. me siento muy afligida soy nieta de Antonio Perez-Castejon Hernandez honrado soldado español que tuvo que prestar servicio militar en Cuba y que formando parte de un pelotón enviado a Filipinas a causa de la reyerta que había con los nativos tagalos cuando creían que su prestación a la Patria había finalizado en Cuba fueron enviados a Filipinas. No puedo entender como estando en posesión del pergamino nominado por Su Majestad rey de las Españas .D. ALFONSO XIII la familia hemos sido ignorados en los actos del centenario

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  2. Apreciada Herminia. soy un español y reconozco con orgullo la labor realizada por esos heroes. Algun dia espero que reconoceran vuestra labor por el pais pues fue un orgullo tener soldados de esa clase.

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